INDIGENAS PERUANOS AMENAZAN ANEXARSE A ECUADOR
Los indígenas de las etnias Awajún y Huambizan, que viven en la zona norte de la Amazonía del Perú, amenazaron con anexarse a Ecuador si las autoridades no construyen carreteras hacia sus comunidades, informó el presidente del Frente de Defensa de los Intereses de la provincia de Condorcanqui, Carlos Altamirano.
Estos pobladores, que pertenecen al distrito de Imaza, fronterizo con Ecuador, exigen a los gobiernos locales la continuación del asfaltado de la carretera de penetración hacia sus pueblos.
Altamirano sostuvo que los nativos han manifestado su decisión de que si no reciben una respuesta afirmativa a sus pedidos no descartan pedir su anexión al vecino país, donde también existen comunidades de su etnia, pero de nacionalidad ecuatoriana.
De acuerdo al representante de esta provincia amazónica, los nativos se han reunido con algunos gremios fronterizos, inclusive afirmó que han pedido una audiencia con el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
Las autoridades peruanas representadas por el director del Plan Binacional Peruano-Ecuatoriano, Vicente Rojas, se reunieron con dirigentes del Frente de Defensa para tratar sobre la continuación del asfaltado de la carretera.
Una propuesta anterior de las autoridades era continuar con el mantenimiento de este camino, con un presupuesto de 76 millones de dólares, pero los nativos no aceptan solo el mantenimiento de está vía rústica sino que demandan su asfaltado.
¿Quiénes son los awajún-wampis?
Los awajún son gente como uno. Quieren que sus hijos se críen sanos,
trabajadores y alegres. Tal vez no hablen el castellano igual que la gente en
Lima, tal vez lleven adornos diferentes a los nuestros, pero son gente como uno,
como todos los peruanos.
Lo que los hace diferentes es que ellos mantienen viva una lengua
antigua, milenaria, y conocen la selva de manera íntima. Tan íntima que para
ellos la selva, los ríos, las plantas y los animales no son meramente cosas sino
personas.
¿Cómo viven los awajún-wampis?
Puede parecernos raro a nosotros que vivimos en las ciudades, pero
para ellos, somos nosotros los extraños porque vivimos rodeados de meros objetos
sin vida. Calles casi sin árboles, casas con paredes de cemento frío, muebles de
plástico, meras cosas con los cuales no podemos conversar ni soñar.
Eso es un gran impedimento, porque para los awajún, es a través de
los sueños que se aprenden las cosas más importantes, que se escuchan el consejo
de los antepasados y se reciben los poderes de los espíritus. Por eso los
grandes sabios y sabias del pueblo awajún, son los soñadores, los que saben
comunicarse con el pasado y todos los elementos del entorno.
¿Cuáles la visión de los
awajún-wampis sobre lo que nosotros llamamos el medioambiente?
La historia del pueblo awajún está íntimamente entrelazada a la
historia de la selva y los ríos que habitan y con los cuales se comunican para
vivir una vida plena. Cualquier decisión que atañe su selva y sus ríos los atañe
a ellos mismos.
Para comprender a los awajún antes que nada, entonces, hay que dejar
de lado esa extraña locura nuestra, de la gente de las ciudades, esa manía que
tenemos de pensar que los árboles, los ríos, las aves, los peces y los animales
de la tierra no son sino cosas que uno puede tomar, utilizar o dejar sin que
estos sientan nada. Es nuestra manía hacer de nuestro entorno una cosa, negarle
la vida, negar que es parte de nosotros mismos y que el daño que le hacemos al
entorno nos lo hacemos también a nosotros mismos. Tal vez no queremos admitir
que al rodearnos de meras cosas sin vida, nos hemos privado del derecho a una
vida más plena.
¿Quién aprende de quién, y quién se
niega a aprender de quién?
Para las familias awajún, mandar a sus hijos a la escuela a que
aprendan a leer y escribir y puedan ser como todos los niños peruanos es una
prioridad. Ellos no escatiman sacrificios para mandar a sus hijos a la escuela,
para conseguir el dinero para comprar sus pocos cuadernos y sus ropas de
estudiantes. Y allí en la escuela, sus niños aprenden sobre la gente de las
ciudades, aprenden a defenderse, como suelen decir, para no dejarse a engañar
como ya fueron engañados sus antepasados muchos veces por la codicia de personas
inescrupulosas de las ciudades que sólo pensaban en utilizarlos, como si en vez
de ser plenamente humanos fuesen solamente cosas. En la escuela que el estado
peruano ha colocado para ellos, ellos han aprendido a defenderse como ciudadanos
peruanos, y muchos de ellos han demostrado su fidelidad total al Perú
protegiendo las fronteras del país en los conflictos armados con el Ecuador de
las pasadas décadas. Son excelente guerreros, si, eso lo han demostrado muchas
veces como soldados defendiendo al Perú, lado a lado con ciudadanos peruanos de
todas partes del país.
¿Entonces, si los awajún han
aprendido de la gente de las ciudades, por qué la gente de las ciudades no
podemos aprender de ellos?
-Todos somos plenamente peruanos y plenamente ciudadanos, ¿por qué
tenemos siempre que pensar que la gente de las ciudades somos quienes siempre
tenemos la razón? Los awajún no se oponen al progreso del país, pero si se
oponen a que se les separe de su selva, sus ríos, sus plantas y sus animales,
porque ese entorno hace parte de ellos mismos, y así como ellos no pueden ser
tratados como cosas, la selva tampoco puede ser tratada como una mera cosa.
Ellos quieren un lugar donde vivir y donde soñar.
Quieren sus comunidades y sus tierras, y quieren un progreso que no signifique
polución, donde no haya derrames de petróleo, donde no haya falta de alimentos
ni enfermedades. Ellos quieren ser escuchados así como ellos han escuchado a la
gente de las ciudades, así como ellos han escuchado a la selva y los ríos.
Olvidémonos de nuestra locura, de nuestra manía de hacer de los seres vivos
meras cosas.
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